Estamos acostumbrados a que la gente nos diga que las cosas grandes no están en nuestras manos. Si alguien se decide a hacer cosas grandes es posible. Estamos acostumbrados a seguir un patrón establecido de normas básicas, rompamos las estructuras, cree en lo que haces, en tu capacidad de resolver los problemas de la mejor manera posible, aprende de todos, especialízate en lo que mas te gusta hacer, trabaja por lo que te apasiona, las peores aberraciones del ser humano están bajo el yugo de la frustración y esta no forma parte del juego, sino, las ganas de creer en ti y tus sueños.
Diviértete en tu trabajo y no hagas de el una tortura, confía en tus ganas de seguir adelante con lo crees, manteniendo tu convicción en pie, esperando que algún día, las noches sin dormir, algunos malos ratos, la mente en blanco en frente del papel y lápiz y de la pantalla de tu computador, tirar mil veces los bocetos al tacho de la basura, escuchar todos tu mp3 y aburrirte de ellos, tomarse la taza fría de café, quedarte dormido arriba de tu teclado, abrir y cerrar una y otra vez los programas que usas, escuchar el teléfono y pensar...... ¡¡ Que bien es un cliente !! Y no, es un amigo invitándote una cerveza fría, tus vecinos que creen que eres una especie de nerd adicto a la pantalla de LCD, que tu silla es la mejor de las compañías y que el ratón de tu computador es el único ejercicio que haces en el día, cuando tu pololo o polola te pregunta ¿ El Computador o yo ?, cuando suena el teléfono de nuevo y dices ¡¡ Ahora si es un cliente !! Y no, si no que es el mismo amigo para confirmar si vas a ir a tomarte unas cervezas con sus amigas... Algún día den sus frutos, y ese día, cuando llegue, darte cuenta de que lo que has hecho, lo has hecho bien…
En El Pais De Las Zankadillas